ASTRONOMÍA
La contaminación lumínica es la principal amenaza a la que se enfrenta la actividad astronómica profesional, ya que los que niveles que está alcanzando y la tasa a la cual se incrementa debido a la introducción de iluminación en los centros urbanos, pone en riesgo nuestros cielos, y en un futuro cercano puede representar un obstáculo para la instalación de futuros proyectos astronómicos en nuestro país.
La contaminación lumínica disminuye en gran medida el contraste del brillo de una estrella sobre el fondo, y ello es equivalente a reducir el diámetro efectivo del espejo primario del telescopio, con la consiguiente merma en el valor efectivo del instrumento.
El fenómeno que más afecta la calidad del cielo para la observación astronómica es el Sky Glow, o brillo difuso que se produce en el cielo debido al exceso de iluminación de los centros urbanos. El cielo recibe una parte de la emisión de luz de las fuentes luminosas en forma directa, y además recibe parte del reflejo producido por las superficies que éstas iluminan. Esa luz viaja en distintas direcciones debido a la dispersión atmosférica rebotando entre las moléculas y partículas en suspensión en la atmósfera, formando un brillo artificial difuso en el cielo: el sky glow.
Las emisiones de luz más peligrosas son las que se escapan de las luminarias en ángulos cercanos a la horizontal, ya que pueden recorrer grandes distancias, 100 km o más, por lo tanto, tienen una mayor probabilidad de ser dispersadas y generar un brillo artificial en el cielo, afectando la observación astronómica, aun cuando los instrumentos estén muy alejados de los centros urbanos que generaron la contaminación lumínica.
Pero no solo la dirección de la luz y su intensidad son importantes en la gravedad de este fenómeno, también juega un papel fundamental el espectro de las luminarias, ya que la luz azul se esparce mucho más que la de otros colores. De esta manera una ciudad iluminada con luces que emiten en longitudes de onda azul tendrá mucho más resplandor artificial que otra iluminada con luces que emiten lejos de la longitud de onda del azul. Las emisiones en azul se dispersan en la atmósfera tres veces más que las emisiones en amarillo-ámbar y seis veces más que en rojo, y por lo tanto contribuyen mucho más intensamente al brillo del cielo.
El drástico cambio hacia la iluminación de tecnología Led blanco con alto contenido de azul que están experimentando las ciudades, supone no solo un incremento en el brillo del cielo, sino que también limita enormemente los fenómenos que los observatorios pueden observar.
Una lista representativa, aunque incompleta, de las investigaciones que se verían afectadas debido a la contaminación lumínica, abarca áreas que van desde la búsqueda y caracterización de planetas extra-solares hasta la estructura a gran escala del entero Universo.
Nos encontramos en un momento crítico en lo que respecta al control de la contaminación lumínica. De no tomar acciones fuertes y eficaces en el corto plazo para revertir las tendencias actuales, la actividad astronómica en el norte de Chile se verá significativamente afectada en las próximas dos décadas, poniendo en riesgo la posición del país como capital mundial de la astronomía.