CÓMO EVITAR LA CONTAMINACIÓN LUMÍNICA

 

Nos hemos acostumbrado a convivir con la contaminación lumínica y no nos detenemos a pensar que la luz que utilizamos para iluminar nuestro entorno suele ser poco eficiente, excesivamente brillante, muchas veces innecesaria y mal dirigida; produciendo un enorme perjuicio al entorno, al medio ambiente, a nuestra salud y al cielo nocturno.

Para una iluminación exterior saludable y respetuosa con nuestra salud y el medio ambiente debemos tener en cuenta tres principios básicos al momento de considerar nuestros proyectos.

 

1° Dirección y Objetivo La iluminación debe ser útil y estar bien dirigida. En iluminación exterior las luminarias no deben emitir luz hacia el hemisferio superior, ya que toda luz que escape hacia arriba es innecesaria, derrocha energía y solo contribuye a la contaminación lumínica.

La luz debe ser dirigida sólo a donde es necesaria. Las luminarias deben estar apantalladas y dirigir su luz hacia abajo, evitando todo rayo de luz que escapa hacia la horizontal, y solamente iluminando las superficies que son necesarias.

 

Las luces deben dirigirse hacia abajo e iluminar solo las superficies que son necesarias. Las luminarias deben ser instaladas en ángulo recto y dirigir su luz solo hacia abajo.

 

2° Intensidad y Control La luz no debe ser más brillante de lo necesario. Use el nivel de luz más bajo requerido. Hay que tener en cuenta las condiciones de la superficie que se va a iluminar, ya que estas pueden reflejar luz hacia el cielo nocturno. La luz debe ser usada sólo cuando sea útil. Utilice controles como temporizadores o detectores de movimiento para asegurarse de que la luz esté disponible cuando se necesite, se atenúe cuando sea posible y se apague cuando no sea necesaria.

 

 

3° Color Limita la cantidad de luz de longitud de onda más corta (azul-violeta), utilizando luces de color cálido siempre que sea posible. Las luminarias de alumbrado exterior deben tener una temperatura de color inferior a 3000° K, ya que los fotones de luz azul se dispersan a través de la atmósfera con mayor facilidad que los de otros colores, dando como resultado un resplandor en el cielo que oculta la visión de las estrellas. “La luz de tono “blanco frío” (muy común en las luminarias LED) contiene un alto contenido de emisiones azules, las que además suprimen la producción de melatonina y tienen impactos negativos en la salud humana. Afortunadamente hoy disponemos de luces LED de tonos cálidos, que combinan la eficiencia energética de estos dispositivos con una iluminación sana y responsable.”

 

 

 

 

 

Use los niveles de iluminación más bajos posible.  Utilice temporizadores y sensores de movimiento para limitar la emisión de luz y usarla solo cuando se necesite.              Utilice luz de colores cálidos.

 

Observar estos consejos resultará en instalaciones de iluminación respetuosas con el medio ambiente y nuestra salud, preservando además la calidad del cielo nocturno.

Siguiendo estos simples consejos la iluminación nocturna puede ser hermosa, saludable y completamente funcional. De esta forma contribuiremos a reducir la contaminación lumínica, ahorraremos energía y minimizaremos el impacto de la iluminación en la vida silvestre y el cielo nocturno.