Slowlight: el movimiento que quiere recuperar la noche


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Cielos Chile
schedule Martes 29 de Abril
Desde España, el movimiento Slowlight promueve un cambio cultural en torno a la oscuridad y la forma en que iluminamos las ciudades. Su cofundador, Coque Alcázar, busca impulsar la gestión pública de la noche y destaca a Chile como un referente para las organizaciones internacionales.
El pasado 27 de marzo, a diecisiete kilómetros de Sevilla, un grupo de profesionales de diversas disciplinas se reunió en la ciudad de Alcalá de Guadaíra para asistir al Congreso Slowlight 2025. Un encuentro que abordó la problemática de la contaminación lumínica desde el urbanismo, el diseño de iluminación, la ciencia, las artes y varias otras áreas. La instancia fue organizada por Slowlight, una iniciativa originaria de España liderada por Coque Alcázar y Raquel Valiño.
Desde 2001, Coque Alcázar se desempeña como ingeniero industrial municipal en el ayuntamiento de La Coruña, en Galicia. En estos 24 años ha observado de cerca cómo funciona la red de alumbrado público y sus problemáticas. Uno de los episodios que marcó su interés en el tema fue cuando su propia familia se vio afectada por una luz intrusa que entraba en su hogar. Esa incomodidad, sumada a una actitud inconformista, lo llevó junto a Raquel a publicar el manifiesto de Slowlight en 2020. “El manifiesto tuvo una enorme acogida. Tomamos conciencia de que habíamos dado un paso adelante y montamos la asociación Slowlight”, agregó.
El rol de los funcionarios públicos y las normativas
Desde su experiencia en el área de la administración pública, Coque Alcázar sostiene que la transformación de la iluminación urbana requiere tanto voluntad política como técnica. “Yo creo que los países, en sus diferentes escalas —ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas y gobierno central— deberíamos tener una normativa unificada. Chile nos está mostrando un camino”, afirmó, en referencia a la Norma Lumínica chilena.
Además, a su juicio, el funcionario público tiene un rol activo en la gestión del alumbrado: “Debe preocuparse porque funcione, consuma poca energía, sea seguro y, al mismo tiempo, contamine lumínicamente lo menos posible”. Si bien reconoce que el recambio completo de luminarias contaminantes requiere inversión, enfatiza que existen muchas acciones de bajo costo que pueden marcar la diferencia: “Se pueden ajustar horarios, apantallar luminarias. Hay muchas cosas que sin demasiado dinero, el técnico municipal puede ir trabajando”.
¿Por qué la noche debería recuperar protagonismo?
Lo que comenzó como un proyecto para reducir la contaminación lumínica, enfocado en la forma de iluminar los espacios públicos, hoy se ha transformado en un movimiento por la recuperación del valor cultural de la noche. “Nosotros creemos que el ser humano se ha desconectado de la noche y, por tanto, de la oscuridad. Y lo que estamos haciendo es un movimiento para conocerla, interpretarla, sentirla, valorarla y, con todo ello, ayudar a protegerla”, apuntó el cofundador de Slowlight.
Respecto al porqué la noche debería recuperar su protagonismo, Coque es claro: “Porque no podemos ser sostenibles sin nuestra noche”. En ese sentido, explica que es un factor fundamental para la salud humana y para los ecosistemas. Añade que en Slowlight buscan educar y concientizar sobre el valor público y la gestión de la noche. “Dentro de la noche tienes un motor de actividad, un motor de descanso, de salud de la ciudadanía, tienes un motor de paisaje, entre otras cosas”, agregó.
Así trabaja Slowlight en España
Hoy en día, además de sus fundadores, Slowlight cuenta con un red de más de treinta colaboradores de múltiples disciplinas, que han impulsado diversos proyectos en España. Uno de sus programas más destacados es Slowlight Kids, que comenzó con un ciclo de talleres en un colegio para niños de entre 9 y 12 años. “El proyecto se orienta a que los niños, a través del juego y de las emociones, vayan comprendiendo qué es la luz, qué es la oscuridad, cómo afecta la luz a los seres vivos y qué efectos tiene la contaminación lumínica. Consiste en un trabajo en el aula, pero luego salimos a caminar con las familias por la noche, por lo que tiene una orientación también a la casa, el barrio y la ciudad”, explicó.
Actualmente, más de 700 niños en España han participado de estos talleres. El equipo de Slowlight trabaja en un próximo paso: impulsar un proyecto a nivel europeo para fortalecer los contenidos escolares relacionados con la noche y la iluminación.
Además, la organización ofrece consultorías para abordar la noche como un recurso social, ambiental y turístico, asesorando a distintos territorios y administraciones públicas en el uso responsable de la luz. Entre sus próximos objetivos está la creación de un distintivo de buenas prácticas en paisaje nocturno, que reconozca a aquellas entidades —públicas o privadas— que avancen en esta dirección y consolidar una red de organizaciones adheridas a los principios de Slowlight.
Una invitación abierta al mundo
Sobre los próximos pasos de Slowlight, su cofundador mira hacia la expansión orgánica de la iniciativa. “Nosotros estamos encantados de compartir nuestra idea. Me encantaría que alguien pudiera liderar el movimiento Slowlight en Chile y en otras partes del mundo y hacerlo crecer”, concluyó.
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