Áreas de Protección para la Biodiversidad en la nueva norma lumínica

Estas áreas, donde se encuentran los Parques Nacionales, Santuarios de la Naturaleza, Reservas Marinas y otras zonas protegidas, contarán con restricciones lumínicas más altas que en el resto del país.

El exceso de luz artificial producida por las personas tiene un gran impacto en la flora y fauna. La mayor parte de los seres vivos –incluidos los humanos– se basa en el ciclo día/noche para sus procesos biológicos fundamentales, por lo que la introducción de luz artificial en los hábitats significa la alteración de las condiciones naturales del entorno, impactando directamente en su ciclo circadiano.

La Nueva Norma Lumínica, que entra en vigencia en octubre de 2024, busca proteger los hábitats del exceso de luz artificial, por lo que incorpora a las Áreas de Protección de Biodiversidad como objeto de defensa contra la contaminación lumínica. Estas áreas, donde se encuentran los Parques Nacionales, Santuarios de la Naturaleza, Reservas Marinas y otras zonas protegidas, contarán con restricciones lumínicas más altas que en el resto del país.

Parque Andino Juncal, un Área de protección para la biodiversidad

El Parque Andino Juncal, al albergar humedales protegidos por la Convención Ramsar sobre Zonas Húmedas de Importancia Internacional, será parte de las Áreas de Protección de Biodiversidad que contempla la Nueva Norma Lumínica. Ubicado a 145 kilómetros de Santiago en la comuna de Los Andes, el parque se extiende por aproximadamente 14 mil hectáreas y, desde 1911, pertenece a la familia Kenrick. En 2003 su administración quedó en manos de Catherine Kenrick y, en ese entonces, pasó a ser un área exclusiva de conservación, turismo e investigación científica. Catherine describe la abundante biodiversidad presente en el parque: “No pasa día donde no descubramos algo nuevo”.

 En el área habitan, por lo menos, 68 especies de flora, 69 especies de aves, 10 mamíferos, cinco especies reptiles y dos especies de anfibio. Incluso, en los últimos años, se han avistado especies en peligro de extinción como el gato andino y el reptil matuasto. El 93% de la flora y el 98% de la fauna del parque es nativa, incluidas siete especies de flora y cinco de fauna endémicas. Asimismo, cuenta con cinco humedales, hogar de diversas especies de aves y fuente de agua para los mamíferos.

Son 24 los glaciares que se encuentran dentro del perímetro, que representan cerca del 15% de los glaciares en total que aún quedan en el valle Aconcagua. De acuerdo a la administración del parque, esto equivale a mil cuatrocientas hectáreas de glaciares, lo que significa una reserva de agua vital para una zona con peligro de sequía como es la Región de Valparaíso.

Por su “alto valor ecológico”, este parque es uno de los 16 sitios con el Reconocimiento Internacional Ramsar en Chile, lo que le concede una protección especial a su biodiversidad. Lograr la protección de este inmenso ecosistema ha sido un trabajo de décadas, subraya Catherine. “Hace poco en el parque avistaron una tropilla de setenta guanacos y de más de cien pericos cordilleranos. Eso era algo que no existía antes, al comienzo no avistamos ni un guanaco, apenas un zorro. Es impresionante ver cómo los animales intuyen que aquí hay un área donde están seguros”, contó.

Los cielos oscuros, una parte clave del ecosistema del parque

Daniela González, directora ejecutiva de la Fundación Cielos de Chile, destaca la relevancia de los cielos oscuros en la conservación de este hábitat, ya que estos “prestan un servicio a los ecosistemas contribuyendo a su conservación”. La Nueva Norma Lumínica reconoce este aporte estableciendo medidas diferenciadas para las Áreas de Protección a la Biodiversidad como el Parque Andino Juncal.

Pese a estar tan cerca de ciudades como Los Andes y Santiago, este parque destaca por la calidad de sus cielos. Giuliana Vidal, ex guardaparques del Parque Andino Juncal, así lo pudo observar durante sus estadías en el predio. “El parque tiene un cielo nocturno hermoso, pero la contaminación lumínica que hay se nota”, apuntó.

La actividad minera en el Valle de Aconcagua se ha transformado en un punto de preocupación para la conservación de los cielos oscuros en el parque. En la comuna de Los Andes ya existen proyectos mineros de Angloamerican, Codelco y Nutrex.

“Muchas veces por los perímetros de las faenas se utilizan focos que no son los adecuados y tampoco en horarios que tengan que ver con la extracción minera propiamente tal. Por lo tanto, considerando que es un Área de Protección a la Biodiversidad y que la norma lumínica especifica restricciones que son aún más estrictas, es necesario tener un cuidado y control sobre este tipo de actividades”, finalizó Daniela González.

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