Bajo nueva dirección, la OPCC refuerza su lucha contra la contaminación lumínica

Gabriela López es la nueva directora de la Oficina de Protección de la Calidad del Cielo del Norte de Chile. La experta trabajará por impulsar la implementación de la normativa lumínica, abordar los impactos de proyectos industriales y sensibilizar sobre la importancia de los cielos oscuros.

En el 2000, los principales observatorios internacionales que operaban en el país se reunieron para crear la Oficina de Protección de la Calidad del Cielo del Norte de Chile (OPCC), ante el avance de la contaminación lumínica por el crecimiento de ciudades y localidades cercanas a sus áreas. La organización, además, contó con el apoyo del Ministerio del Medio Ambiente, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Sociedad Chilena de Astronomía y posteriormente se unió el Telescopio Magallanes Gigante (GMT).

Después de veinticinco años de su creación, su misión se mantiene: proteger el cielo oscuro de las regiones astronómicas de Chile ante el avance de la contaminación lumínica. Recientemente, asumió como nueva directora de la OPCC, Gabriela López, ingeniera en Recursos Naturales que ha desarrollado su carrera en la industria energética y el trabajo territorial.

La nueva directora confía en que su visión amplia y su experiencia interdisciplinaria aportarán valor a la organización. “Estoy feliz de integrarme a este mundo. Creo que también es importante tener otras miradas y conformar equipos de trabajo interdisciplinarios, porque ahí se van identificando otras aristas de esta problemática”, comentó.

Prioridades en el corto plazo

En sus años de trabajo, la OPCC ha apoyado en la creación de las distintas normativas lumínicas del país y ha brindado asesorías técnicas a organismo públicos y privados de la zona. En el corto plazo, López identifica tres ejes prioritarios: en primer lugar, trabajar con las instituciones locales en el cumplimiento de la nueva normativa lumínica, para lo que será clave el levantamiento de proveedores locales que cuenten con luminarias certificadas.

Un segundo punto es llevar a cabo un monitoreo de la contaminación lumínica en la región. “Aunque cada observatorio hace sus mediciones, nuestra idea es unificar estos resultados para generar data comparable a lo largo del tiempo”, explicó. Además, un tercer eje será visibilizar y levantar un nuevo foco de discusión respecto al impacto de los satélites para la observación astronómica.

Los focos de contaminación lumínica en la zona norte

El avance de ciertas actividades representa un desafío importante para los cielos oscuros del norte de Chile. Un estudio realizado por la Universidad de Antofagasta evidenció que luminarias con mayor presencia de luz azul, como las instaladas en canchas de pádel y recintos deportivos, se han convertido en grandes reflectores de contaminación lumínica en las ciudades.

La nueva directora de la OPCC coincide en que estos espacios son un punto relevante de contaminación lumínica en la zona, pero también menciona a las pequeñas y medianas faenas mineras. “Existe el riesgo de que estos proyectos se vayan acercando cada vez más a las zonas donde están los observatorios”, advirtió.

Además, menciona la instalación de futuros proyectos energéticos, especialmente en Antofagasta, Mejillones y Taltal, que buscan convertir estas localidades en polos de producción de hidrógeno verde. “Nuestro objetivo desde la OPCC es estar alerta ante el impacto lumínico que pueda significar esto para la zona, por lo que estamos constantemente revisando los proyectos que ingresan al SEA”, señaló.

Fundación Cielos de Chile trabajará colaborativamente en conjunto con la OPCC para realizar el monitoreo de los proyectos que se emplacen en la zona norte del país, con el fin de dar acompañamiento a las instituciones para el cumplimiento de la regulación en iluminación exterior.

¿Cómo se protegerán los cielos del norte?

Gabriela López es optimista respecto a la nueva normativa lumínica que comenzó a operar en octubre de este año y cuyas zonas más protegidas se encuentran en las comunas del norte.  Sin embargo, observa que uno de los mayores desafíos radica en la formación de equipos técnicos que diseñen proyectos de alumbrado acorde con la normativa. “Hay que capacitar a los profesionales para que puedan desarrollar un diseño adecuado a la Nueva Norma Lumínica”, subrayó.

Otro objetivo importante es lograr que los municipios implementen los cambios en un plazo menor a los cinco años que permite la normativa, para lo que es necesario sensibilizar a las autoridades locales. “Desde la ciudadanía existe la petición de calles más iluminadas para sentirse seguros, y es vital equilibrar estas demandas con la protección del cielo oscuro”, concluyó.