Seminario Noche Zero abordó los crecientes desafíos de luz artificial para la biodiversidad, la astronomía y los espacios públicos

El seminario contó con las exposiciones de especialistas en arquitectura, urbanismo, fauna y protección de los cielos, quienes advirtieron los riesgos de la contaminación lumínica e hicieron propuestas para reducir su impacto. El evento contó con la participación del biólogo Johan Eklöf, autor del Manifiesto por la Oscuridad. 

Cada año la iluminación artificial incrementa en 10% la cantidad de luz que se emite a nivel global hacia el cielo nocturno. Los desafíos y el impacto que esto genera a las personas, los ecosistemas y el espacio urbano son parte de los temas que trató el seminario “Noche Zero: luz, espacio público y naturaleza”, realizado el pasado 23 de octubre en la Universidad San Sebastián. 

El evento fue organizado por la Fundación Cielos de Chile, el Magíster en Vivienda y Proyectos Inmobiliarios (MAVIP) de la Universidad San Sebastián y la Oficina de Protección de la Calidad del Cielo del Norte de Chile (OPCC) y Diav Lighting y contó con el patrocinio de Asociación de Profesionales de la Iluminación de Chile (API Chile), Dark Sky International.

Abrió la jornada Cecilia Aldunate, directora del MAVIP, quien señaló que para enfrentar el excesivo uso de iluminación en las ciudades “tenemos que hacernos cargo de qué queremos iluminar, cómo iluminar y qué tecnologías tenemos disponibles para iluminar en forma adecuada”. 

La arquitecta llamó a reconocer la oscuridad como una necesidad para el descanso y la salud y emplear una iluminación responsable, que privilegie la visibilidad y prescinda de la iluminación innecesaria, que degrada el paisaje nocturno. 

El valor de la naturaleza como patrimonio

A continuación, el biólogo y escritor sueco Johan Eklöf, autor del Manifiesto por la Oscuridad, abordó la importancia crítica que tiene la oscuridad natural para la vida silvestre.  

El especialista ilustró el impacto de la creciente contaminación lumínica para la fauna con ejemplos como la disminución de poblaciones de murciélagos e insectos polinizadores y la amenaza para tortugas marinas, peces, aves migratorias y roedores, al alterar sus ciclos naturales, desorientar su navegación o reducir su hábitat. 

La destacada arquitecta Cazú Zegers hizo un llamado a rescatar y valorar la naturaleza y su belleza como el gran patrimonio de América Latina. En su presentación mostró viviendas y hoteles desarrollados por ella donde busca dialogar con el territorio e insertarse en forma armónica en el paisaje. 

Zegers subrayó la importancia del diseño de iluminación como parte integral de los proyectos arquitectónicos y concluyó con una reflexión: “Tengo el sueño de un Chile limpio, puro, sustentable… y que ama la oscuridad”.

Desafíos para la biodiversidad y la astronomía 

El seminario cerró con un panel de especialistas que abordaron los desafíos de la contaminación lumínica en distintos ámbitos. 

Ivo Tejeda, director ejecutivo de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC) abordó el impacto de la contaminación lumínica en la avifauna, alertando sobre los efectos que está teniendo sobre la golondrina de mar en el norte de Chile. 

En Arica, Iquique y Alto Hospicio y centros industriales en su periferia, dijo, mueren alrededor de 3 mil individuos al año —especialmente volantones o crías que recién empiezan a volar— desorientados por focos de luz artificial.

Para enfrentar este problema, hizo un llamado a mejorar el diseño de los proyectos de iluminación a nivel urbano e industrial.

Fenómeno local con implicancias a nivel global

Daniela González, directora ejecutiva de la Fundación Cielos de Chile, señaló que “siempre que hablamos de contaminación lumínica hablamos de gasto: luz innecesaria, indeseada o que no está cumpliendo ningún propósito, por lo tanto, siempre es un desperdicio”. 

Añadió que pese a llevar un año de vigencia, la aplicación de la nueva norma lumínica aún presenta desafíos, entre los que destacó las conclusiones del reciente informe de Fundación Cielos de Chile sobre proyectos industriales ingresados al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental en comunas del norte de Chile declaradas como áreas protegidas para la actividad astronómica.

“La contaminación lumínica puede ser un fenómeno local, pero con implicancias a nivel global. Y un ejemplo de eso es la astronomía: lo que pasa en los territorios donde están los observatorios científicos impacta a nivel global”, advirtió. 

Seguridad y el futuro de la iluminación urbana 

Macarena Rau, presidenta de The International CPTED Association (ICA), mostró ejemplos de cómo se ha aplicado la metodología de prevención del crimen a través del diseño, en ciudades de Chile y América Latina, logrando mejorar la percepción de seguridad. 

Ante la pregunta de si más luz es más seguridad, señaló que “este es un mito que hay que derribar, porque genera mucho daño asumir que más luz es más seguridad. Si bien la iluminación es importante, lo que más importa es su relación con otros elementos del diseño urbano”. 

El panel finalizó con la mirada sobre el futuro de la iluminación urbana a cargo de Paulina Villalobos, directora y cofundadora de Noche Zero. 

La arquitecta enfatizó en la necesidad de mejorar la norma lumínica incorporando el concepto de proyecto de diseño de iluminación integral, en lugar de resolver los problemas solo a nivel de luminaria individual. 

Además, subrayó la urgencia de crear una normativa unificada, que trascienda los criterios dispares de las distintas instituciones que regulan y certifican los proyectos de iluminación.

“Un diseño de iluminación bien concebido puede resolver simultáneamente la seguridad, la contaminación lumínica —beneficiando la astronomía y el medioambiente—, la salud y la calidad de vida”, concluyó.