La nueva normativa redefine los estándares de iluminación en todo el país, introduciendo nuevos criterios de sustentabilidad para la industria de la construcción.
La construcción es una de las industrias con mayor impacto ambiental. A nivel global, representa el 39% de las emisiones de CO2, mientras que en Chile es responsable del 35% de todos los residuos sólidos. Frente a esto, la industria ha puesto sus esfuerzos en transformar sus procesos y generar obras con un menor impacto ambiental.
Para lograrlo, se ha priorizado el desarrollo de productos a partir de materiales reciclados, la adopción de energías renovables en la construcción y los proyectos, y la optimización de los recursos hídricos. Sin embargo, un elemento esencial que ha pasado desapercibido en los criterios de construcción sostenible ha sido la contaminación lumínica.
Miguel Mora, gerente general de Cipycs, empresa de consultorías en materia de construcción, operación, reacondicionamiento y deconstrucción sustentable, identificó esta ausencia. “Actualmente cuando se habla de construcción sustentable, no se tiene en cuenta la contaminación lumínica. Ahí está el punto importante, uno debería tomar todos los pequeños impactos que pueda tener la nueva obra, tanto en la construcción como en la operación”, comentó.
Mora enfatiza la importancia de comprender el contexto del proyecto y de identificar a todas las partes interesadas al hablar de sustentabilidad, incluyendo el entorno y las comunidades cercanas. “Pensando en la zona norte, por ejemplo, al no tomar la contaminación lumínica lo que se hace es perder un patrimonio mundial como son los cielos de observación”, agregó.
Daniela González, directora ejecutiva de la Fundación Cielos de Chile, subraya que la Nueva Norma Lumínica –que abarcará todo el territorio nacional– da un paso importante para empezar a hacerse cargo de esta problemática. “La nueva norma comienza a impulsar la necesidad de que los proyectos de construcción sean diseñados de una manera amigable con el medio ambiente, mitigando los efectos de la contaminación lumínica en la biodiversidad y en las personas”, explicó.
La ley, que estará vigente a partir de octubre de 2024, busca controlar las emisiones provenientes del alumbrado exterior para prevenir la contaminación por luz artificial. En el ámbito de la construcción sustentable, la nueva regulación abarca el alumbrado industrial y el alumbrado ornamental y decorativo, estableciendo límites en la emisión y restricciones en la utilización de ciertos colores.
En el caso del alumbrado industrial, se establecen limitaciones en la cantidad de luz y la orientación de las luminarias. En cuanto al alumbrado ornamental, se restringe un poco más la emisión lumínica, se impone el apagado durante horas específicas y se regula la emisión de luz azul, especialmente en las Áreas de Protección Especial establecidas en la ley.
“Hacemos un llamado a las instituciones y al sector privado para que se informen sobre esta nueva normativa que entrará en vigencia el próximo año. La ley no busca eliminar la iluminación, sino mejorar las formas de cómo se ilumina, para tener edificaciones que respeten sus entornos, especialmente en áreas de protección especial para el cuidado de la biodiversidad, de las especies en peligro y de las áreas de observación astronómica”, concluyó González.