Créditos: Cari Letelier

NUESTROS  CIELOS

 

El violoncelista Yo-Yo-Ma celebrando la música bajo el cielo estrellado del desierto de Atacama

La observación del cielo nocturno ha sido clave en el desarrollo del ser humano. Gracias a la contemplación de las estrellas nuestros antepasados pudieron definir un calendario para las cosechas, orientarse y establecer rutas de navegación para recorrer los océanos, descubriendo nuevos territorios y expandiendo el comercio y la cultura.

También el estudio del cielo ha sido un factor fundamental en el desarrollo de la ciencia y el arte; y desde siempre, hemos sentido la necesidad de dirigir nuestra mirada al cielo estrellado para tratar de entender el universo que habitamos y encontrarnos a nosotros mismos.

 

“El derecho a los cielos oscuros ha sido reconocido por la UNESCO como un derecho implícito en la conservación del patrimonio cultural y natural de las generaciones futuras, de acuerdo con la Declaración sobre la Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a la Luz de las Estrellas, en el 2007.”

 

Gracias a sus condiciones geográficas y climáticas, los cielos del norte de Chile son excepcionalmente transparentes y estables, con escasa humedad, muy bajas precipitaciones anuales y un promedio de más de 330 noches despejadas al año, lo que ha transformado a Chile en un destino obligado para la observación del firmamento, tanto a nivel profesional como amateur.

Hoy Chile se ha transformado en un centro de observación astronómica mundial, concentrando alrededor del 50 por ciento de la capacidad de observación profesional mundial en sus instalaciones. Prestigiosas universidades e importantes consorcios científicos internacionales han establecido en nuestro territorio los más avanzados observatorios astronómicos del mundo, asegurando que Chile esté presente en prácticamente todos los grandes hitos de la astronomía de nuestro tiempo.

Una maravillosa Vía Láctea sobre el VLT (Very Large Telescope)

Estas instituciones promueven además el desarrollo productivo, social y económico en sus localidades, apoyando iniciativas y colaborando con infraestructura, ofreciendo capacitación y convirtiéndose en una fuente de creación de empleos de alto valor, ya que aproximadamente el 80% del personal de los observatorios es chileno. También desarrollan actividades educativas y de divulgación. Los observatorios organizan seminarios y visitas para todo público a sus instalaciones, con el fin de difundir las actividades científicas que se realizan en ellas.

 

"Es posible que las respuestas a grandes preguntas que se ha hecho la humanidad surjan en los próximos años desde la cima de los cerros del norte de Chile".

 

Observando la galaxia desde el desierto

 

Contar con estas instalaciones en nuestro territorio ha contribuido también a desarrollar una nueva oferta de servicios turísticos relacionada a la astronomía y a la observación del cielo nocturno, conformándose una nueva actividad económica que valoriza aún más los cielos de Chile como destino.

Por todo el aporte que significa para nuestro país la calidad de sus cielos, es que se vuelve una prioridad desarrollar una estrategia de trabajo para la protección de este valioso patrimonio.

 

El entorno nocturno es un recurso natural precioso para todo la vida en la tierra, por lo que se vuelve una prioridad desarrollar una estrategia de trabajo para la protección de este valioso patrimonio.